Dos Escorpiones Contra un Grillo
Panorama épico del cielo austral capturando la danza mitológica entre las constelaciones de Escorpio (el escorpión), Sagitario (el arquero escorpión) y Ara (el altar-grillo), enmarcadas por el resplandor dorado del núcleo galáctico de la Vía Láctea.
Acerca de Dos Escorpiones Contra un Grillo
Este panorama de campo amplio captura una de las regiones más ricas y mitológicamente significativas del cielo nocturno - el área donde el núcleo de la Vía Láctea alcanza su máximo esplendor, enmarcado por constelaciones antiguas cargadas de historias y simbolismo cultural. El título hace referencia a las interpretaciones culturales de estas constelaciones: Escorpio el escorpión zodiacal, Sagitario (a veces representado como un centauro arquero con características de escorpión), y Ara (el altar, que en algunas culturas se asemeja a un grillo o saltamontes).
Esta región del cielo es astronómicamente privilegiada. Cuando miramos hacia Escorpio y Sagitario, estamos mirando directamente hacia el centro de nuestra galaxia, a unos 26,000 años luz de distancia. El resplandor dorado y las intrincadas nubes de polvo que vemos son el resultado combinado de miles de millones de estrellas concentradas en el bulbo galáctico central. Las bandas oscuras que serpentean a través de la imagen son vastas nubes de polvo interestelar - viveros estelares donde nuevas generaciones de estrellas están naciendo.
Las nebulosas de emisión brillantes salpicadas a lo largo de la Vía Láctea son regiones HII - nubes gigantes de hidrógeno ionizado iluminadas por estrellas jóvenes y masivas. Cada uno de estos resplandores rosados representa una guardería estelar activa, lugares donde el gas y el polvo se están colapsando para formar nuevos sistemas estelares. Notables entre estas están la Nebulosa de la Laguna (M8) y la Nebulosa Trífida (M20) en Sagitario, ambas visibles en este campo.
La estrella roja brillante Antares - el “corazón del escorpión” - domina la constelación de Escorpio. Esta supergigante roja es tan grande que si reemplazara a nuestro Sol, su superficie se extendería más allá de la órbita de Marte. El color rojizo de Antares llevó a los antiguos a asociarla con Marte (Ares), de ahí su nombre “Anti-Ares” o rival de Marte. Esta imagen captura no solo la geometría actual de estas constelaciones, sino milenios de observación humana, mito y búsqueda de significado en los patrones del cielo nocturno.
Detalles técnicos
Equipo
Adquisición
Bortle 3 • México
(2h 0m)